miércoles, 16 de abril de 2008

A 55 años de una tragedia

Por Alfredo Silletta, Licenciado en Comunicación Social de la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, especial para Agencia NOVA.
La consagración de Juan Domingo Perón para un segundo mandato en las elecciones nacionales de 1951 demostró que el peronismo era imbatible en las urnas. Fue entonces que los sectores del privilegio decidieron que había un solo camino para derrotar al régimen: un golpe cívico-militar. Paso a paso fueron organizando la oposición y aprovecharon cada error que el peronismo cometía desde el poder.
El país seguía creciendo económicamente y se lograba que la renta per cápita de los trabajadores sea la más alta del siglo. Pese a ello se empezó a notar en lo político una creciente burocratización con síntomas importantes de corrupción.
Como ejemplo de ello, en abril de 1953 renunció Juan Duarte, secretario privado del Presidente, envuelto en un escándalo de negociados de carne. Días después apareció muerto por un aparente suicidio. La noticia fue explotada por la prensa opositora.

El país estaba dividido entre peronistas y antiperonistas. En abril de 1953 se tenso definitivamente la relación con los partidos de oposición que presionaban sobre el suicidio de Juan Duarte.
La CGT convocó para el 15 de abril de 1953 a una movilización de apoyo al gobierno. El acto es muy masivo y los Comandos Civiles opositores, que hasta ese momento solo realizaban pintadas contra el gobierno, deciden tensar la situación y colocaran bombas en el medio de la multitud.
A los pocos minutos que Perón le hablaba a la multitud estallaron dos bombas dejando un tendal de muertos y heridos.
Perón, ante el desastre de la situación pide calma pero la multitud pide "leña, leña".
Perón entonces dice: "Por qué no empiezan ustedes por darla". La gente indignada salió por las calles céntricas de la ciudad e encendieron el edificio de Jockey Club de la calle Florida, símbolo de la aristocracia porteña, la Casa del Pueblo y otros locales de la oposición.
Buenos Aires se incendiaba esa noche. Fue el inicio de una sociedad fragmentada que termino dos años después con los bombardeos a Plaza de Mayo y el golpe militar de derrocó al peronismo.
Que la historia nos sirva para que no permitamos que los odios nos separen como argentinos. Cuando uno lee en estas horas que Elisa Carrió, la líder de la oposición, expresa que "este gobierno tiene contenido fascista", no ayuda a la paz y a profundizar la democracia. Aprendamos del valor de las palabras.

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